OFREZCO CLASES DE EQUITACIÓN EN LAS QUE TÚ LO PASAS BIEN Y TU CABALLO NO LO PASA MAL
[Son clases presenciales, disponibles solo para la zona Norte del País: Vizcaya, Álava, Santander y Guipúzcoa. Si estás en otra zona de España o del Planeta y quieres que trabajemos juntos, podemos hacerlo vía online]
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Que dicho así suena como muy lógico, pero la realidad que vemos en la mayoría de hípicas son clases en los que la persona va como muy tensa y el caballo muy bien no lo va pasando.
Si tú te has dado cuenta de esto y no disfrutas con la Equitación que practicas y notas que tu caballo disfruta menos aún, y si estás por el País Vasco-Santander, lo mismo quieres leer lo que te puedo ofrecer.
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Veamos primero: ¿en qué consisten estas clases?
En crear un programa de trabajo entre el jinete/amazona y su caballo para lograr lo siguiente:
→ Que la persona monte de una manera más fluida y se comunique más eficazmente con su caballo, es decir, consiga cada vez más de su caballo pidiéndole cada vez menos.
→ Que la persona monte sin apenas tensión física y mental, y con ello se canse menos y disfrute más
→ Que la persona consiga tener un asiento más eficaz, que emplee mejor su cuerpo y disponga de una mente limpia al servicio de la Equitación
→ En trabajar sobre una base de Equitación que incremente progresivamente el nivel de conexión entre jinete y caballo
→ En hacer que el caballo se vaya fortaleciendo con el trabajo, y no al revés, como suele suceder.
→ En conseguir que el caballo no pierda motivación por lo que se le pide hacer
En eso consisten, básicamente estas clases. Más abajo te explico cómo podemos conseguir eso.
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¿Pero eso son clases de Doma, de salto, de campo o de qué?
Pues mira, si tuviera que darle un nombre lo llamaría «Clases de Fundamentos de Equitación».
Y esto te sirve para que aquello que hagas con tu caballo, sea lo que sea, te salga mucho más fluidamente y tu caballo lo haga con más ganas.
¿Que haces salto? Con estas clases tú rendirás mucho mejor en cada salto y en cada recorrido y tu caballo saltará con más ganas y se cansará menos (Garantizado, y si damos clases, verás porqué).
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¿Haces Doma Clásica? Si trabajas conmigo es probable que te cambie tu concepto de Doma Clásica.
Por un lado, veremos conceptos de biomecánica que seguramente nadie te habrá explicado y maneras de poner a tu favor esa biomecánica del caballo para que cualquier ejercicio de Doma te salga con mucha más fluidez, sin tener que insistir a tu caballo continuamente y sobre todo, sin necesidad de encoger al caballo, sin necesidad de emplear mucha pierna ni de nada de lo que habitualmente se entiende como necesario para tener un caballo bien domado.
Te hablaré de jinetes verdaderamente clásicos, de sus obras y sus libros, y de cómo puedes ser fiel a la Equitación de los verdaderos maestros.
Ah, y además, si trabajamos juntos y eres jinete/amazona de Doma, tu caballo no odiará la Doma.
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¿Haces raid? Fantástico, a mi me encanta la Equitación de campo y hago mucho campo, y si algo tengo claro es que mientras mejor es mi Equitación, menos se cansa mi caballo. Y parece que en el raid actual se han olvidado de otra cosa que no sea trabajar el cardio de un caballo.
Pero hay algo que está claro: cuando llegamos a un control veterinario, recupera mucho antes el caballo que ha tenido que hacer un esfuerzo menor. Y si mi Equitación es más liviana para el caballo, mi caballo recupera antes. Es así de sencillo.
Por lo tanto, aunque la genética es importante, pero también lo es la manera de montar. Un caballo bien montado se cansa menos y por eso, recupera antes, y además tiene menos posibilidades de mostrar cojera.
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¿No haces ninguna disciplina específica y simplemente quieres practicar una Equitación de disfrute en la que hacer un poco de todo con tu caballo?
Estupendo, yo me considero por encima de todo, un jinete disfrutón. Disfruto en pista y en el campo. Disfruto en el trabajo pie a tierra y montando. Si tú quieres disfrutar y crear una relación sólida que vaya a más con el tiempo, es probable que te guste lo que puedes aprender en mis clases.
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En resumen no soy un jinete de Doma, ni de salto ni de raid, soy un jinete que se ha preocupado por ser bueno en hacer un poco de todo correctamente y sobre todo, en saber crear conexión con un caballo y en hacerlo fuerte y polivalente.
Y lo que puedo decirte es que esta manera de practicar la Equitación es muy entendible por un caballo y le permite rendir mucho mejor en la que sea su especialidad. Y que por supuesto, como te decía al inicio, esta manera de entender la Equitación hace que el jinete disfrute más. Y esto es lógico, porque con un caballo que se implica más, disfrutamos más.
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Por si quieres verme en acción, te muestro algunas de las cosas que hago con mis caballos. Son cosas que no suelen verse mucho por ahí, pero son las que hacen que mis cuatro caballos, que eran caballos que venían con varias lesiones, poco músculo y sintiendo un gran rechazo al trabajo, hoy día sean caballos fuertes y contentos con los que puedes hacer de todo.
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→ Atómico: un caballo que no se dejaba ni cepillar del dolor de dorso que tenía, cojo de sus dos pies y con un enorme rechazo al trabajo y que ahora es un caballo del que no me quiero bajar cuando me monto. Y mira que le hago pasar por cosas complicadas.
Ahora es un caballo que mete los pies con ganas y con el que cuando lo trabajo pie a tierra o lo monto, hemos llegado a un nivel de conexión que me parece que me lee el pensamiento, porque apenas con sugerirle algo, él ya lo hace. Y es un caballo que se pasó varios años dando clases de tanda en una hípica hasta que lo descartaron por peligroso. Es este:

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→ Atenea, yegua que compré con cinco años que solo era pellejo, huesos y encima tenía un dorso con cifosis que parecía más la joroba de un dromedario que el dorso de un caballo. Pero con el trabajo adecuado logramos un grado de musculación superior al de muchos caballos que han tenido una vida mucho más fácil que la de ella. No tenía nada de doma, ni siquiera iba bien del ramal y ahora es una auténtica maestra del trabajo a la cuerda y una yegua super polivalente montada, con la que salto, hago rutas y de todo. Aquí nos tienes en esta foto en plan domero.

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→ Copito de nieve, mi caballo PRE. Este es un caballo muy especial para mi, porque lo conocí unos años atrás, cuando era un espectacular caballo tordo rodado. Pero unos años después su vida se fue truncando, y al querer saber de él, me lo encontré pasando por un mal momento: estaba barrigón y sin dorso ninguno, con bultos de grasa en el cuello, con heridas por todo el cuerpo que se provocaba él mismo por sus reacciones alérgicas y con problemas respiratorios agudos y sin ninguna forma física y con cero apetito por el trabajo. Y la poca fuerza que tenía la empleaba en defenderse si le pedías que moviese el cuerpo. Pero se lo que es que un año y pico después sea un caballo con el que poder galopar, saltar y hacer cualquier cosa que le propongas. Aquí nos tienes:

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→ Pampito, el último en llegar a la familia. Este caballo lo compré sin a priori grandes problemas, simplemente con una herida en la cruz del tamaño de cuatro dedos y que al final resultó derivar en kissing spines. Lo último que quería era que le pusieses una montura encima. Es el caballo con menos amor por el trabajo que he conocido, se desconectaba totalmente en cuanto le pedías algo de trabajo. Pero un año y pico después, es uno de los caballos con los que más estoy disfrutando de todos los que he montado en mi vida. Es él:

Esos que ves ahí son los cuatro miembros de mi familia equina actual.
Esta es mi locura.
Esta es mi vida. Es lo que llevo haciendo desde que compré mi primer caballo con veintipocos años.
Comprar caballos que vienen mal para llevarlos a su mejor versión.
Me da igual que tengan cinco, diez o dieciocho años.
Y estos caballos han mejorado porque practico con ellos una Equitación que les ayuda a fortalecerse. Yo les ayudo a ellos a ser más fuertes y plenos y ellos me ayudan a mi a ser mejor jinete.
Esa es la Equitación en la que creo.
Y esos son los fundamentos de mi Equitación, los que te trasladaré si trabajamos juntos.
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¿Quieres conocer más profundamente esos fundamentos antes de que sea tu profe? Te los amplío un poco más en ese caso:
– La Equitación debe ser una actividad en la que el jinete disfruta y el caballo no sufre.
Esto no quita para que en ciertos momentos no trabajemos duro (yo trabajo bastante duro para intentar ser mejor jinete cada día) e igualmente eso no impide que a nuestro caballo no le exijamos esfuerzos en ciertas ocasiones, y de hecho, a mis caballos, yo les hago apretar la grupa en ciertos momentos, y por eso, han mejorado, porque curramos de verdad cuando hay que hacerlo.
Pero con un caballo, hay que saber exigir. Exigir una postura sin saber pedirla adecuadamente, o a un caballo que no está preparado, a base de forzar con las riendas o con un determinado rendaje, es exigir mal. Y exigir mal hace que un caballo deje de entender la Equitación, y con eso, le terminamos creando rechazo al trabajo.
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– La Equitación debe ayudar al caballo a ir cumpliendo años en buena forma y con un buen nivel de motivación por el trabajo.
No se tú, pero a mi ver caballos que cada año están peor físicamente por culpa de la Equitación que se hace con ellos me desmoraliza.
Hay otra Equitación posible y es la que me ha permitido que caballos muy cascados ahora estén fuertes. Es la que te transmitiré si damos clases juntos.
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– La Equitación es comunicación entre humano y caballo, y para que esta comunicación sea efectiva debe ser bidireccional.
Es decir, estas personas que se suben a un caballo y lo único que hacen es pedir a su caballo que ejecute cosas, no practican un diálogo, es un simple monólogo en el que caballo no lo pasa nada bien.
Está claro que nuestra mente es la que prevalece sobre la del caballo, pero eso no significa que debamos estar sordos a todo lo que nos transmite nuestro caballo. Pedir, escuchar e interpretar lo que nos dice el caballo antes de volver a pedir es la base de toda comunicación hípica.
De esta manera, los caballos se sienten escuchados, podemos trabajarlos mejor y siempre sentirán amor por el trabajo.
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– La Equitación no se reduce al momento en el que monto a caballo. El jinete/amazona cuenta con tres elementos fundamentales para su trabajo con el caballo: su mente, su cuerpo y su espíritu. Si no cultiva estos tres elementos de la manera adecuada, y simplemente se limita a montar a caballo, su Equitación siempre será muy limitada y pobre y solo podrá aspirar a un caballo que simplemente ejecuta movimientos, pero sin brillo y sin implicación.
Sí, puede que esto te suene raro, pero si trabajamos juntos te ayudaré a cultivar estas tres facetas tuyas para que puedas experimentar el enorme placer que supone desarrollar estas tres capacidades y con ello que veas crecer enormemente la relación con tu caballo.
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Y Tomás, además de las clases como tal, ¿Incluyes otros elementos si me formo contigo?
Sí, claro, mis clases no se limitan a ser tu profesor solo cuando estás montando tu caballo. Mis clases están diseñadas para que la relación con tu caballo sea cada vez más fuerte y vuestra Equitación cada vez más fluida. Y para eso necesito ir más allá de las simples clases.
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Te cuento que más te llevarás si me contratas como profe:
Referente al caballo:
√ Haré una evaluación de los alimentos que componen la dieta de tu caballo (esto es importante porque hay una gran relación entre lo que come un caballo y cómo se comporta). Y si estimo que no está comiendo de una manera adecuada, elaboraremos un plan de alimentación específico para él.
√ Evaluación general del caballo en su paddock o box. Esto, aunque tú a lo mejor no le des importancia, la tiene. Yo lo que hago siempre al llegar es conocer al caballo en su box o paddock y paso un tiempo con él. Quiero ver su estiércol, su bebedero, su actitud general y otras cosas que ya te contaré y que entenderás porqué son tan importantes conocerlas. Con esto, te haré un informe y si considero que hay cosas que cambiar para que tu caballo mejore, te lo haré saber. Lo creas o no, la mejora de la Equitación empieza con estos detalles.
√ Evaluación del estado muscular del caballo. Antes de empezar a trabajar, quiero observar su condición física en estático y sin trabajar. Hay mucha información aquí y esto me va a decir por dónde y cómo debemos empezar.
√ Evaluación de la actitud del caballo al acercarle la cabezada de cuadra y ser sacado de su box o paddock. Aunque esto te parezca una tontería, pero en todo esto tu caballo nos está hablando y yo quiero saber todo lo que nos dice porque nos va a marcar el camino a seguir.
→ Te recuerdo que yo no me limito a darte clases de Equitación y punto, lo que hago es ayudarte a crear una relación más potente con tu caballo y a que tu caballo rinda cada vez mejor porque se implica en el proyecto que tienes para él.
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√ Evaluación de la actitud del caballo al ser cepillado, al limpiarle los cascos y al ser preparado en general. También aquí hay mucha información y yo quiero valorarla al completo.
√ Evaluación del movimiento del caballo sin el jinete, tanto en libertad como a la cuerda. Quiero ver a tu caballo moverse antes de lo que montes para ver qué tal emplea su cuerpo. Hacer esto es enormemente importante, imagino que lo entiendes.
√ Evaluación de la condición cardiovascular del caballo a través de pulsómetro específico para caballos
√ Test de coordinación y capacidades básicas. Hay caballos que muestran reacciones que son tenidas por desobediencias, cuando realmente no lo son, sino que obedecen a una falta de desarrollo de ciertas capacidades básicas. En esta parte del test, comprobaremos hasta qué punto tu caballo tiene desarrolladas esas capacidades.
√ Evaluación de las reacciones y capacidades del caballo en el trabajo pie a tierra. Aquí haremos varias pruebas, desde las que corresponden al trabajo educativo del caballo (cómo de bien o mal responde a los trabajos a la cuerda más importantes) hasta cómo responde a ciertos retos que le voy a plantear.
√ Evaluación del equipo que se usa con el caballo: mantillas, salvadorsos si los usara, montura, cinchas, filete, cabezadas y todo lo que se use con el caballo.
√ Evaluación del caballo al ser montado por su propietario. Dependiendo del tipo de trabajo que haga el propietario con su caballo, valoraremos unos aspectos u otros, pero será un análisis en profundidad.
Con todo esto elaboro un informe y preparo el plan de trabajo para las siguientes semanas. En ese plan te detallaré qué cosas cambiar y cómo en caso de que haya cosas que cambiar (casi siempre suele ser así, por eso las personas me llaman, porque tienen problemas con sus caballos y esos problemas para arreglarlos, exigen cambios).
Es decir, mis clases no son clases de Equitación que se limitan a que cuando montas te digo qué tienes que hacer con las manos o cómo pedirle a tu caballo cierto ejercicio.
Más allá de darte clásicas prácticas de Equitación, lo que hago es guiarte a través de todo el proceso que como binomio necesitáis para mejorar vuestra relación y que tu caballo se ponga más fuerte y contento con su vida.
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Referente a ti como jinete/amazona empezaremos valorando tus capacidades básicas de jinete:
√ Equilibrio
√ Reflejos
√ Flexibilidad
√ Coordinación
√ Asiento
√ Estado físico general como jinete(si no estás en forma te cansas pronto y tu caballo lo padece)
√ Cómo te comunicas con tu caballo pie a tierra
√ Cómo te comunicas con tu caballo montando
En base al resultado de lo que ofrezcas en el test de estas capacidades, prepararé un plan de trabajo específico para ti para que empieces a mejorar en aquello que más necesites.
Si quieres que tu caballo te entienda y quieres ser el jinete/amazona con el que sueña tu caballo, debemos trabajar y potenciar estas capacidades.
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√ Además, crearé para ti una página específica de trabajo en mi Escuela de Equitación online, en la que vas a tener disponible un material de apoyo específico para tu caso.
Esta página será privada para ti, con tu contraseña y en la que voy a compartir contigo, según lo que necesites, vídeos y ejercicios prácticos para que apliques con tu caballo.
Será como seguir teniéndome de profe aunque no estemos dando una clase presencial.
Y por supuesto, si te surgen dudas con cualquiera de los materiales de la plataforma online, cuentas conmigo en todo momento para resolverlas.
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√ Y también y más allá de las propias clases en sí, vas a contar conmigo en todo momento aun cuando no nos veamos. Es decir, no me limito a darte una clase y me voy y punto.
Una vez comenzamos a trabajar, cuentas con mi soporte incluso cuando no estamos juntos.
Como te enviaré un plan de trabajo tras la primera sesión, si a la hora de llevarlo a cabo, te van surgiendo dudas, me las puedes plantear por mail, todas las que tengas y necesites.
Igualmente, si un día al llegar a la hípica tu caballo no te responde bien o notas cualquier cosa para la que no encuentras explicación, me podrás llamar para consultarme.
Una vez comenzamos a trabajar, creamos una relación tú-tu caballo-y yo en la que vamos mucho más allá de la simple clase.
Porque mi misión cuando empecemos a trabajar recuerda que es que tú disfrutes y que tu caballo se ponga fuerte y cree una buena conexión contigo. Y para eso, no me puedo limitar a darte una clase e irme y punto. Quiero estar presente en la vida de tu caballo y en la tuya todo lo que pueda estar.
Tengo que mantener una comunicación periódica contigo más allá de cuando nos vemos.
Por eso, tendrás mi soporte personal garantizado por email y por teléfono cada vez que lo que necesites.
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Tomás, ¿Cuántas clases recomiendas que demos a la semana?
Lo ideal es que trabajemos una vez por semana mínimo, por lo menos durante las primeras seis primeras semanas.
Después, podemos espaciarlo a cada quince días.
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¿Y qué duración tienen las clases?
La primera sesión es la más larga de todas y se nos puede ir a más de tres horas e incluso a más de cuatro. En esta sesión me dedico a recabar todos los datos que te comentaba más arriba, a conocerte a ti y a conocer bien a tu caballo, y eso, en menos de tres horas, no lo puedo hacer.
La duración de las siguientes clases dependerá de lo que necesitemos trabajar, pero suelen componer una parte de trabajo pie a tierra y otra montado, y a veces, otra de trabajo específico para el jinete y sin el caballo, por lo que mínimo unas dos horas y media durarán cada clase, aunque a veces más.
*Eso no significa que estés montando durante dos horas y media. Significa que estaremos haciendo cosas con tu caballo durante dos horas y media o incluso más si veo que es necesario. Pero repito, haremos varias cosas a lo largo de cada clase, no todo será montar.
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¿Y además de todo esto ayudas con otro tipo de problemas como caballos que no entran en el remolque y ese tipo de cosas?
Sí, mis clases de Equitación persiguen que tu caballo no lo pase mal en nada que lleve aparejada la práctica de la Equitación, y esta a veces implica viajar en un remolque, el Trabajo Pie a Tierra, etc.
No soy especialista en todos estos problemas, pero en algunos de ellos sí que te puedo ayudar. Consúltame primero y te diré si me considero capacitado para poder ayudar a tu caballo con lo que no esté pudiendo afrontar.
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Ahora bien, antes de que me llames hay algo que debes saber:
Mis clases te van a ayudar a crear un buen nivel de conexión con tu caballo y vas a disfrutar de la relación con él como probablemente nadie te ha enseñado a hacerlo hasta ahora, pero quiero que sepas que soy fiel a mis principios y no me los salto.
¿A qué me refiero?
A que por encima de todo, soy fiel a este lema, te lo ponía más arriba: «Enseño una Equitación en la que el jinete lo pasa bien sin que el caballo lo pase mal»
Repito la última parte: «Sin que el caballo lo pase mal».
Entonces, como soy fiel a este principio básico, si comenzamos a trabajar juntos, pueden darse ciertos escenarios, como por ejemplo:
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→ Si tienes sobrepeso y veo que la relación entre tu peso y el peso de tu caballo es desfavorable para él, te lo diré claramente. Eso no significa que no quiera darte clases, te las daré si tú quieres, pero se limitarán a trabajos pie a tierra y a otras muchas cosas que podemos hacer para mejorar la conexión que tengas con tu caballo y su forma física, pero hasta que no mejores tu condición corporal, yo por mi parte no te daré el OK para que montes a tu caballo.
Evidentemente no te voy a poner a dieta ni te voy a hacer un plan de alimentación y ejercicio para que bajes de peso, de eso se tendrá que encargar un entrenador personal y un nutricionista. Ahora bien, si tienes problemas con tu peso corporal y montar a caballo te gusta y hasta ahora no has sabido encontrar la motivación necesaria para comer de manera saludable y hacer ejercicio con regularidad, quizás podrías usar la Equitación como catapulta para tu motivación.
Y te lo dice alguien que en un periodo de su vida llegó a pesar veintitantos kilos más de lo que peso ahora…hasta que un día al poner el pie en el estribo y querer subirme me costó tanto que dije que no iba a permitir que mi panza me siguiera molestando.
Insisto con esto: si tienes sobrepeso, yo nunca te daré una clase montando, pero pie a tierra podemos trabajar lo que quieras. E igualmente te repito lo anterior: estaré encantado en ayudarte a que encuentres en la Equitación la motivación necesaria para bajar de peso.
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→ Si detecto que tu montura, tu cincha, tu cabezada, hierro o cualquier otro elemento del equipo no es apto para tu caballo porque le daña o molesta, hasta que no lo cambiemos por uno que no le dañe, no montaremos.
Y aquí aplica lo mismo que en el punto anterior: mientras sustituyes esa pieza del equipo, podemos trabajar pie a tierra.
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→ Si los cascos de tu caballo, descalzos o herrados, no están bien, no trabajaremos a tu caballo. Yo creo que es sencillo de entender el porqué de esto.
En cuanto se solucione el tema, trabajamos. Es simple. Caballo con cascos bien, trabajará bien. Caballo con cascos mal, trabaja mal. ¿Porqué ponernos elementos en contra?
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→ Si el dorso de tu caballo no está en buenas condiciones, no haremos trabajo montado hasta que lo tenga en buenas condiciones. Pero no te preocupes, soy bastante bueno trabajando dorsos y además, una vez el dorso de tu caballo haya mejorado, vas a alucinar con el cambio que supone montar un caballo con el dorso bien.
Aunque no esperes que un dorso mejore en quince días. Es probable que necesitemos más tiempo. ¿Cuánto exactamente? Pues no lo se, depende de lo tocado que tenga el dorso.
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→ Si la condición corporal de tu caballo no es apta, no trabajaremos montando hasta que la mejoremos. Por ejemplo, si está falto de musculatura general, hasta que no lo pongamos fuerte, no lo montaremos. Habrá que hacer un abordaje nutricional y de ejercicios específicos en tal caso, pero si un caballo no está bien musculado, conmigo desde luego no se monta.
Igualmente, si el caballo tiene un exceso de peso, y su condición cardiovascular no es buena, también descartaremos el trabajo montado hasta que lo bajemos de peso y lo pongamos en forma (lo haremos Pie a Tierra).
He conseguido hacer con varios caballos tanto lo uno como lo otro, así que si tu caballo no está bien porque tiene falta de músculo, o por el contrario, lo que le sobra es peso, mientras antes trabajemos, antes mejoraremos su condición física.
Y una vez esté bien, empezaremos a montarlo, pero no antes. ¿Y sabes qué? Que será como estrenar caballo. Cuando se hace bien este tipo de trabajo, los caballos cambian radicalmente, y créeme, te alegrará mucho de haber empezado a trabajar conmigo (y tu caballo también).
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→ En resumen, si detecto cualquier elemento que me indique que el caballo tiene molestia o dolor o cualquier otra cosa que le incapacita para un desempeño correcto de la Equitación, no haremos trabajo montando y estudiaremos el abordaje más adecuado para que solucione ese problema antes que empezar a montarlo.
Y recalco esto porque hay personas que no saben valorar estas cuestiones. Y son muy importantes si queremos un caballo que va a más con el trabajo y que se implica en lo que le pedimos.
Muy pocas personas entienden la importancia de estos factores y esta ha sido siempre mi manera de ver la Equitación y soy fiel a ella, y considero parte de mi trabajo como profesor de Equitación, concienciar sobre la importancia de estos elementos.
Profesores y alumnos nos debemos al caballo, y aquí no hay nada que discutir: si un caballo no está para ser montado, no se le monta y se hace todo lo que hay que hacer para que se ponga en buena forma y sea un caballo fuerte y motivado con el trabajo.
Quien no quiera entender esto, no me interesa como alumno. Antes que la persona, para mi está su caballo, ya que este no tiene poder de decisión alguno.
Y a mi me encanta trabajar con personas y ayudarles a conseguir eso que para mi a día de hoy es relativamente sencillo de conseguir: un caballo en buena forma y con un alto grado de conexión con su propietario.
Pero para poder conseguir eso tenemos que respetar una serie de leyes mínimas, justo esas que te acabo de enumerar. Si nos saltamos esas leyes, no se podrá conseguir.
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Y te diré algo más: solo trabajo con personas que entienden y aceptan estos principios por dos motivos:
1: Porque es la única manera de conseguir que un caballo mejore de verdad (es decir, porque hay que ser prácticos, y todo lo que sea querer tomar atajos o hacer trampas nunca ayuda a que un caballo mejore).
2: Porque una vez me implico con un binomio, lo hago para conseguir el éxito, porque de ello depende mi prestigio profesional. Y para poder conservar mi prestigio no puedo jugármela y no tener en cuenta todos estos factores es jugármela.
Me ha costado mucho esfuerzo abrirme camino en este mundo porque siempre he apostado por caballos que otros jinetes han desechado por peligrosos o por sus lesiones, y por respeto a ese esfuerzo y a todos los caballos con los que he trabajado hasta ahora, no puedo jugármela con personas que no entiendan la importancia de todos y cada uno de los factores que enumero arriba.
He conseguido que esos caballos que nadie quería ahora sean caballos fuertes y colaborativos y estoy dispuesto a repetir esa misma operación con tu caballo, pero para conseguir eso tenemos que ser fiel a unas reglas.
Y no estoy dispuesto a que un caballo que pase por mis manos, no mejore. Caballo que trabajo, caballo que va a mejorar sí o sí.
Pero para eso, necesito que se cumplan una serie de requisitos. Si esto no lo entiendes y no lo aceptas, no trabajo contigo, es así de simple.
Tienes a montones de profesores que no se van a meter en ninguna de estas cuestiones, te van a dar clase y además cobran mucho menos dinero que yo por clase, y a lo mejor tú prefieres a alguien así, que no se meta en detalles tan profundos como los que yo entro.
Si quieres conseguir que tu caballo se ponga fuerte de verdad y te vea como alguien importante para él, yo te puedo enseñar a conseguir eso. Pero en esta vida nada es gratis ni fácil, y las metas, mientras más altas son, más esfuerzo requieren.
Conseguir que un caballo se ponga cada vez más fuerte con el paso de los años y además mantenga un alto nivel de motivación por el trabajo no es algo imposible ni mucho menos, yo lo he conseguido con varios caballos, pero requiere tesón, método y no saltarse ciertas reglas.
Si estás dispuesto a entender eso, podremos trabajar. Si lo que quieres es hacer las cosas de otra manera, quizás tengas suerte y consigas algo. Pero yo desde luego, cuando se trata de conseguir poner en forma a un caballo y ganarme su amistad, tengo claro qué cosas debo hacer, y cuáles no.
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¿Y si he cogido miedo a montar o a salir al campo me puedes ayudar con este problema?
Sí.
Porque si estás deseando montar pero solo piensas en cuánto dolerá la caída… te entiendo. Un poco más abajo te cuento lo que a mi me pasó tras una caída hace algo más de un par de años.
Y puede que a ti ya te haya pasado. Que te hayas caído o que simplemente tuvieras un susto con tu caballo y por eso, ahora, tus ganas de montar se enfrentan a tu miedo a volver a caerte o a pasarlo mal.
Y si eso te sucede, pasan dos cosas, y ninguna probablemente te guste:
→ Que directamente te privas de montar
→ O montas, pero lo haces con miedo y no disfrutas.
Y lo peor no es que no disfrutes. Lo peor es que el miedo te lleva a montar con tensión. Y esa tensión te hace ir rígido en la montura, llevar las riendas tensas como el arco de un comanche, y esa es la vía más rápida de volver a aterrizar a la mínima.
Montar así no es seguro ni divertido.
Nuestra tensión mental conlleva la tensión de nuestro cuerpo y eso genera tensión en el cuerpo del caballo.
Mal asunto.
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Pues yo he tenido que trabajar esta cuestión del miedo a raíz de una caída que tuve a caballo hace dos años y pico porque fue la que más tocado me dejó mentalmente.
No fue una caída cualquiera.
Fue de esas de volar por los aires y dar vueltas de campana porque iba al galope.
De las de acabar a varios metros del caballo.
Por suerte no hubo lesión grave.
Pero sí que dejó en mi un impacto mental que no me esperaba.
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Yo formaba parte de un grupo de alumnos en una formación.
Y teníamos que hacer un recorrido de salto, no de mucha altura, pero sí con un trazado muy técnico.
Y se nos daba la oportunidad de empezar por dónde uno quisiera.
Había una calle con un caer y partir que todo el mundo estaba dejando para el final porque era lo más difícil de todo.
Así que yo empleé la táctica contraria: empezar por el caer y partir y después ir al resto.
Lo hice así y me salió bien la jugada.
Y cuando solo me quedaban tres saltos sin mayor complicación aparente, en el antepenúltimo, un vertical que tampoco parecía tener mayor complicación, me relajé excesivamente, y lo último que recuerdo es el sonido del caballo tocando la barra con las manos.
Después sentí una sensación parecida a cómo si estuviera metido en una lavadora en el centrifugado.
Y después de rodar varias vueltas, me quedé casi como sentado en el suelo.
Mis sentidos estaban intentando reposicionarse y saber qué había pasado.
Recuerdo el brazo derecho, que me quemaba. La pista era de una arena muy rasposa y me había dejado el brazo algo quemado.
Me dolía un pelín el cuello pero nada del otro mundo. La adrenalina estaba cumpliendo su papel y me hacía no sentir dolor.
Miré a mi izquierda y a varios metros vi al caballo que iba montando, parado.
Él también se había caído aunque se levantó rápido.
Lo que más me sorprendió, a medida que iba recuperando la normalidad, fueron las caras de las personas que estaban al lado en la pista y de mis compañeros.
Todos tenían una cara de asombro que yo no sabía si era buena o mala.
Hasta que una de las chicas que estaba montando me dijo: «¿Estás bien?»
Yo le contesté que sí, que un poco magullado pero bien.
– Es que…menuda caída – me dijo.
Esa noche, conduciendo a casa, empezó a dolerme el cuello y la espalda.
Pero lo peor fue al día siguiente.
El dolor físico pasó a un segundo plano, y fueron mis miedos los que se apoderaron de mi.
Una parte de mi empezó a plantearse si de verdad merecía la pena.
Si con cerca de 50 años tenía sentido el tener una caída de esas características.
Me planteé muchas cosas.
Dejar de montar, dedicarme a otra cosa…
Mi cerebro en los días siguientes a esa caída solo encontraba algo de paz si pensaba en dejar de montar.
A lo largo de mi vida he tenido varias caídas de caballo, pero ninguna me había dejado una huella mental tan significativa.
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Pero la realidad es que a día de hoy sigo montando.
Lo decíamos antes y es así: montar a caballo siempre entraña un mínimo riesgo, por pequeño que sea. Pero al igual que lo entraña el salir a la calle y que nos caiga una maceta en la cabeza o que nos atropelle un coche. Y no por eso dejamos de salir a la calle.
Simplemente, salimos y hacemos nuestra vida lo más cómodamente posible.
Otro miedo que siento siempre cuando monto a caballo es en las salidas al campo.
No hay una sola vez en la que no salga por el campo a caballo en la que mi mente, un rato antes de salir, no imagine escenarios en los que pierdo el control de la situación.
Pero nunca dejo de salir.
Es decir, no dejo que esas escenas que me imagino y esos miedos, me impidan hacer lo que más me gusta, que es salir al campo a caballo.
Para trabajar en esto, me centro en dos vías.
→ La primera, es haciendo que el caballo con el que trabajamos sea más seguro.
→ Y por otro lado, trabajando conmigo mismo, haciendo que mi mente juegue a mi favor y no en contra de la Equitación.
Ambas vías se necesitan y se complementan.
La una sin la otra tendrá poco recorrido.
Puedo tener un caballo muy confiable, pero si mi mente me juega malas pasadas, en cuanto un pajarito pase volando o cualquier otra cosa…mi mente se tensará y con ello tensaré al caballo. Y a lo mejor si tienes un penquito de 28 años esto no reviste mayor importancia, pero si tienes un caballo medianamente sensible, sentirá tu tensión y él también se tensionará y eso le pondrá más predispuesto a asustarse o a que sea más difícil de controlar.
E igualmente, si tú eres una persona muy calmada y controlas bien tu mente, pero tu caballo no está bien preparado para atenderte en cualquier situación, el riesgo siempre estará presente.
Un buen jinete no es nadie sin caballo que le responda y un caballo bien trabajado no podrá hacer mucho por sí mismo si su jinete/amazona no controla bien su mente.
El buen jinete tiene una mente y un cuerpo a su servicio.
El mal jinete no controla su mente ni su cuerpo, por lo que menos aún, controlará la mente y el cuerpo de su caballo.
Así que sí tienes un problema relacionado, con esto, podemos trabajar para mejorarlo.
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Bueno, Tomás ¿Y cuál es el coste de tus clases de Equitación?
La primera sesión tiene un coste de 350 euros
Y las sucesivas sesiones, tienen un precio de 150 € cada una.
A ello hay que sumarle los gastos de desplazamiento, que son 0, 45 céntimos por kilómetro desde mi ubicación (Uribe Costa, Bilbao).
Cada sesión lleva aparejada además de su propio coste, los costes de desplazamiento, es decir, si estamos a 50 km de distancia, el coste de cada sesión es de 150 € (coste de la propia clase) + el coste de 100 km (los 50km que hago de ida + los 50km que hago de vuelta), que son 45 euros en total (100 km x 0,45 céntimos de euro).
En total, cada sesión, si estás a 50 km de distancia de dónde yo estoy, te saldría a 195 euros.
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¿Y porqué la primera sesión tiene un precio más elevado?
Porque es la más larga de todas y la que me lleva más trabajo, ya que es la que me lleva más tiempo recabando toda la información que te detallaba arriba (alimentación, actitud del caballo, condición física, etc.) y con ella después elaboro un informe y un plan de trabajo para las siguientes semanas, lo cual también me lleva bastante tiempo.
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Buf, Tomás, quiero dar clases contigo pero me parecen algo altas de precio.
Sí, entiendo que estos precios en nada se parecen a las clases de de Equitación que se suelen ofrecer por ahí, pero es que lo que incluyen tampoco se parece en nada a las clases que te dan por ahí.
Porque los caballos, solo pueden hacer dos cosas:
→ Mejorar
→ O empeorar.
Todo lo que no sea trabajar con un caballo de manera que le ayude a mejorar progresivamente, es ir haciendo que desmejore.
Porque un caballo no es un mueble, al que puedes dejar en una habitación almacenado mientras no lo usas, y que si lo limpias de vez en cuando o lo tapas con una sábana, se mantendrá perfectamente.
Un caballo es un ser vivo, cuyo organismo necesita ciertos estímulos para mantenerse con la calidad de vida adecuada, fortalecerse, estar bien de ánimo y en resumen, ir a más con el tiempo.
¿Y qué es lo que vemos a menudo?
Caballos que llegan a edades muy tempranas con lesiones, problemas de comportamiento, nula motivación por el trabajo, etc.
¿Cómo se consigue entonces que un caballo se ponga fuerte con el entrenamiento y su salud y su motivación vayan a más con el paso del tiempo?
Haciendo ciertas cosas, y alejando de él otras tantas cosas.
Por lo tanto, si no eres capaz tú mismo de crear ese proceso, terminarás pagando otro precio: el de un caballo que no mejora, es decir, desmejora.
Y ese precio aparecerá, tarde o temprano, en forma de lesiones, de desmotivación…en mi opinión, ese precio es mucho más caro que el precio de mis clases. Si comenzamos a trabajar ya, tu caballo empezará a mejorar ya.
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Todo depende de lo que vayas buscando. ¿Buscas un profesor de Equitación simplemente por el precio? En ese caso, está claro que no soy lo que estás buscando, y además, estás de enhorabuena, porque a día de hoy hay profesores de Equitación que ofrecen clases muy tiradas de precio, así que no tendrás problema en encontrar algo así si es lo que buscas.
Pero si lo que vas buscando es alguien que te ayude a conseguir resultados que son muy poco comunes en el mundo del caballo, algo notablemente diferente y que contribuya a que tu caballo, en lugar de ir a peor cada año, va a mejor, entonces, es probable que mi manera de trabajar te interese.
Además, te recuerdo que mis clases van enfocadas en dos objetivos principales:
1-Que la conexión con tu caballo sea cada vez mayor
2-Que tu caballo se vaya poniendo más fuerte y contento a medida que vamos trabajando.
Y como entenderás, el precio de un servicio tan completo no puede estar tirado de precio. Si ofreciera clases más económicas yo no estaría motivado con mi trabajo, no lo haría de buena gana ni incluiría un trabajo tan completo. Y ya hay demasiados profesores de Equitación desmotivados como para que se sume otro.
Así que la pregunta te la lanzo a ti: ¿Cuánto estimas que cuesta esto que te ofrezco?
Yo, te diré lo que pienso: no tiene precio.
Pero claro, esta es mi opinión. Solo tú puedes saber cuánto vale para ti conseguir todo eso que yo te puedo ayudar a lograr con tu caballo.
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¿Si contrato varias clases me haces un descuento?
No, no hago bonos ni descuentos porque tampoco tengo intención de escatimar esfuerzo.
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¿Y si damos clases más cortas de duración me las dejas más económicas?
No, porque no estoy dispuesto a acortar mis clases. Lo que yo te enseñaré a ti y lo que voy a llevar a cabo con tu caballo, requiere tiempo, y si quiero conseguir el éxito, no puedo dar la típica clase de cuarenta y cinco minutos e irme.
Cobro lo que tengo que cobrar porque te dedicaré a ti y a tu caballo el tiempo que le tenga que dedicar. Tu caballo manda, y si voy a toda prisa no voy a poder cumplir con él cómo se merece.
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Por cierto, Tomás, ¿Y tienes titulación oficial para ofrecer clases de Equitación?
Sí, tengo un documento oficial que dice que soy Técnico Deportivo en Hípica.
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Ok, ¿Cómo hago para que empecemos a trabajar?
Pues primero debes rellenar este formulario, y una vez lo tengas rellenado, me pondré en contacto contigo.
Tus respuestas me servirán para conocerte mejor y decidir si es conveniente que trabajaremos juntos, porque otra cosa que debes saber es que no me gusta trabajar con cualquier persona. Para mi hay algo más importante que el dinero y es la experiencia personal que voy a vivir con la persona y su caballo.
Yo me involucro mucho con un caballo una vez empiezo a trabajar con él, y si noto que la persona no se involucra al mismo nivel, no quiero trabajar con esa persona.
Para mi es mucho más importante el amor que la persona sienta por su caballo y las ganas que tenga de crear un futuro sólido junto a él que alguien que tenga un nivel alto de Equitación.
Valoro por encima de todo, las ganas, los sentimientos y los valores.
Si encajamos en esto, y mis precios te parecen correctos, trabajaré contigo encantado y estoy seguro de que no te vas a arrepentir.
Así que para empezar a conocernos mejor, déjame tus respuestas al cuestionario y cuando las reciba y las lea con calma, me pondré en contacto contigo.