Averigua con mi guía gratuita de 12 páginas si estás trabajando correctamente a la Cuerda
Soy Tomás Mateo, Técnico Deportivo en Hípica especializado en Trabajo a la cuerda, y he escrito una guía que puedes obtener gratuitamente, en la que te hablo de los principales errores que más se suelen cometer en el Trabajo a la cuerda y que pueden tener consecuencias directas tanto de rechazo al trabajo por parte del caballo como en su salud.
⇒ Es una guía en PDF que vas a poder recibir gratuitamente, pero te aseguro que tiene un contenido de mucho valor.
En esa guía te hablo de:
√ Cómo muchas personas que son conscientes de la importancia de incorporar el Trabajo a la cuerda con su caballo no saben hacerlo correctamente y los problemas que esto puede acarrear en su caballo.
√ Por qué en las hípicas y clubes no se enseña esta materia tan importante
√ Las maneras que debes evitar sí o sí de dar cuerda si quieres alejar lesiones y problemas de tu caballo
√ Qué beneficios obtendrás para tu caballo si trabajas a la cuerda de la manera adecuada
√ Te sorprenderá saber que el trabajo a la cuerda tiene muchas y diferentes modalidades, y que según cada una, otorgará diferentes beneficios
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Si además de dejar tu correo en el formulario quieres seguir leyendo sobre mi visión del Trabajo a la cuerda, es verdad que sobre este tema tengo bastante que contar.
Los caballos están para montarlos
¡JÁ!
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¿Cuántas veces has oído esta frase?
Yo muchas.
Y sí, a mi me gusta montar.
De hecho me encanta montar a caballo, es de las cosas que más me gustan en este mundo.
Pero tengo claro que:
⇒ montar no es ninguna obligación aunque tengamos un caballo
⇒ se pueden hacer muchas cosas con los caballos pie a tierra
⇒ esas cosas (si se hacen correctamente) son realmente beneficiosas para el caballo
⇒ y además, pueden ser muy pero que muy divertidas para el caballo y el humano.
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Pero antes de entrar con todas esas cosas que se pueden hacer pie a tierra, déjame que te cuente una historia.
Que te vas a dar cuenta que es mi propia historia, pero me gusta contarla como si se tratara de un cuento de otra persona.
Había una vez un tipo que decidió que dejaría absolutamente todo en su vida, para dedicarse de lleno a los caballos.
Se puso en marcha.
Tenía claro que su trabajo se iba a enfocar en ayudar a caballos con problemas.
Problemas físicos y mentales.
Porque había visto demasiado caballo roto por dentro y por fuera en todos los años que llevaba vinculado a la hípica.
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También estaba cansado de que en todas las hípicas solo se ofrecieran clases de doma o de salto y de nada más.
Y se hacía preguntas:
«¿Es que nadie enseña a cómo poner un caballo en forma?»
«Que sí, que la Doma y el salto están muy bien, pero, ¿Es que en ninguna hípica te ayudan a que tu caballo, por más años que cumpla, siga en perfecta forma y en buena salud?».
«¿Es que no hay nadie que enseñe cómo recuperar a todos esos caballos que hay tan hechos polvo?»
O mejor aún, «¿Hay alguna manera de entrenar y preparar un caballo sin que ello suponga que acabe con la moral por los suelos y con el dorso reventado?»
«¿Hay maneras de entrenar a un caballo para que cada año esté más fuerte y sano?»
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Como en ninguna hípica sabían contestarle a sus preguntas, y simplemente le decían: «aquí somos de Doma» o «aquí somos de salto», se puso él mismo a investigar sobre esa cuestión.
Mientras más estudiaba el tema, más se iba dando cuenta de que el Trabajo a la cuerda, era una manera muy fiable y sólida de conseguir que un caballo se pusiera en buena forma.
Tenía todo el sentido del mundo.
⇒ ¿Cómo diablos le vamos a pedir a un caballo que haga las cosas bien con un jinete encima, si no es capaz de moverse bien él solo?»
Es como si a una persona que no camina bien le pedimos que avance unos metros con un saco o una mochila que pese unos cuantos kilos.
Esa persona se moverá peor aún.
Pues aunque esto tiene toda la lógica del mundo, aquel tipo que se hacía preguntas sin respuesta, veía que a muchos caballos, con claros problemas de dorso, o con falta de coordinación, con musculaturas atrofiadas y otros problemas, se les exigía saltar con un jinete encima, hacer Doma, salir de ruta o cualquier otra cosa, que claramente, nunca podrían corregir o mejorar con un jinete.
Al revés, el seguir desempeñando esas funciones con un jinete encima, claramente iba predisponiendo a esos caballos a sufrir lesiones cada vez más graves y crónicas.
«¡¡Si no están preparados físicamente!!»
Por algún motivo que no acertaba a comprender, lo que para él parecía lógico y evidente, no parecía serlo para los dueños de esos caballos a los que se les exigía esfuerzos para los que no se les preparaba previamente y de la manera adecuada.
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Y así, poco a poco, investigó, probó y experimentó.
Y compró unos caballos con los que poner a prueba este conocimiento.
El requisito para comprar estos caballos era uno solo: que tuviesen problemas físicos y que mentalmente tampoco estuvieran al cien por cien.
Estaba tan seguro de que el Trabajo a la cuerda le sería de inmensa ayuda, que no lo dudó y se puso a aplicarlo con estos caballos.
Cada uno tenía sus propios problemas, pero en general, todos tenían un dorso débil y más o menos dolorido.
Pero adecuando el Trabajo pie a tierra a cada caso, fue consiguiendo mejoras importantes en cada uno de ellos.
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También se dió cuenta de que pie a tierra, se podían arreglar muchos de los problemas de rechazo al trabajo que otras personas les habían creado a los caballos desde arriba.
El trabajo a la cuerda, bien usado, podía suponer una auténtica reprogramación cerebral.
Y entonces supo, que tenía algo muy poderoso: una técnica que fortalecía físicamente y que educaba a los caballos de una manera amable pero muy efectiva.
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Pero que él se diera cuenta, no significó que los demás lo hicieran.
Así que creó una página web y empezó a hablar de las muchas bondades del trabajo a la cuerda para a dar conocer esta manera de trabajar con los caballos.
Con el tiempo descubrió que no solo podía ser una ayuda extraordinaria para los caballos, sino que además era tremendamente divertido.
Y empezó a salir al campo con sus caballos, pie a tierra, a veces caminando y otras corriendo, haciendo ejercicio físico más o menos intenso junto a sus caballos.
Y convirtió el Trabajo Pie a Tierra en parte fundamental de su vida y la de sus caballos.
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Una vez consideró que estaba preparado para compartir este conocimiento y así poder ayudar a los caballos de otras personas que tuvieran los mismos problemas, empezó a ofrecer su trabajo en diferentes centros ecuestres.
Llegaba a las hípicas, preguntaba por el gerente y le decía:
«Soy especialista en trabajo a la cuerda, y consigo muy buenos resultados con esta técnica»
Pero su propuesta, no solía contar con aceptación.
Nadie le confió un solo caballo.
Nadie creía que con trabajo a la cuerda, un caballo pudiese ponerse en forma, fortalecer el dorso, estar más predispuesto al trabajo.
Así que aquel tipo, decidió volcar todos sus esfuerzos en sus caballos y en compartir el proceso de su recuperación en su página web.
Y sus artículos empezaron a ser leídos por algunas personas.
Y esas personas empezaron a pedirle ayuda.
Y poco a poco, cada vez más personas, fueron conscientes de que el Trabajo a la cuerda les podía ayudar mucho con su caballo.
Y esa es, brevemente, la historia de esta página web y mi propia historia.
Si quieres que sigamos en contacto y que te siga contando la historia de los caballos con los que trabajo y los de las personas a las que ayudo a través de mis formaciones, te invito a que dejes tu correo en este formulario de abajo.
Recibirás mi Guía del Trabajo a la cuerda y te irán llegando los correos que enviaré sobre este tema que tanto me gusta y sobre el que no dejo de aprender y practicar.