Lejos
de querer entrar en la clásica, aburrida e inútil discusión sobre si el caballo
está mejor herrado o descalzo – para mí, esta polémica es totalmente estéril – me gustaría compartir algunos datos que
probablemente desconoce la mayoría, y que yo hasta hace poco, también. La respuesta
a si son más antiguas las botas que las herraduras no me atrevo a darla porque realmente no hay pruebas exactas. La lógica
me dice que sí (puesto que envolver un casco con un cuero curtido y amarrarlo
con una cuerda es más fácil que forjar una herradura y clavarla), pero pruebas
de peso no hay, y por eso simplemente podemos decir que las botas, antiguas
son, y que surgieron siglos atrás.
La Evo Boot es la más reciente bota para caballos, ideal tanto para actividades deportivas como para hípica de ocio. Más info en: http://www.evohorse.com/es/evo-boot-1-0/
Pero
son muchas las veces en las que he tenido que oír, que el casco descalzo y las
botas para caballos, no son más que una novedad pasajera, que el herraje es lo
que se ha hecho de toda la vida, y que nada podrá sustituir al acero. Y aunque
creo que en los próximos años, vamos a asistir a una evolución enorme en las
botas para caballos, será bueno que también echemos una mirada al pasado de
siglos atrás y comprobemos que las botas no son ni mucho menos algo pasajero ni
novedoso, sino que tienen también siglos de historia.
Los que
habitualmente leéis mis publicaciones sabéis que mi obsesión, además del
entrenamiento equino, es la historia del caballo y todo lo que le ha rodeado.
Es por eso, que creo importante bucear no solo en los orígenes de las razas,
sino en los atalajes, métodos de entrenamiento y todo aquello que ha rodeado al
caballo desde su domesticación.
Así que
en torno a la cuestión que se plantea que si la herradura es muy antigua, que
si las botas para caballos y el barefoot es una moda pasajera y que nada podrá
sustituir al acero, hemos de aclarar que la bota es como mínimo, igual de
antigua que la herradura, aunque en según qué casos (es decir, según en qué
civilizaciones), incluso más antigua.
Lo que ocurrió, es que por entonces, se carecía de la tecnología como para producir botas duraderas, y sobre todo, que fueran cómodas para el caballo, no produjeran rozaduras, y no se salieran al poco de poner el caballo en movimiento. Pero que ya se produjeron botas para caballos hace siglos, es indudable. Cosa totalmente lógica por cierto, ya que si nos fijamos en las ilustraciones con las que acompaño este artículo que nos muestran las hiposandalias, no se tratan más que de sencillas y rudas adaptaciones de lo que debió ser el calzado primigenio del ser humano. Pero para la tecnología de siglos atrás, la herradura resultó ser una opción más factible a la hora de colocar un elemento de protección para el casco y que no supusiera muchos quebraderos de cabeza.
Como digo, lejos de querer entrar en polémicas, se trata aquí de que tengamos claro que lo que creemos se ha hecho de "toda la vida" (la eterna frase que hemos de oír una y otra vez en el mundo ecuestre), no tiene tanta tradición como pueda creerse. Indudablemente, las herraduras cuentan con siglos de historia, pero ni mucho menos, van aparejadas a la domesticación del caballo . La cuestión de las herraduras gira siempre en torno al manejo que los celtas hicieron del hierro y que cabe creer que pudieron aplicarlo a sus caballerías. Pero pruebas como tales, no he podido encontrar libros que las aporten. Es decir, se cree que las herraduras pudieron ser ya usadas por los celtas, pero no hay vestigios de las mismas (o al menos yo no he podido encontrar manuales que aporten documentación al respecto). Sí en cambio, hay vestigios de otros artilugios de hierro que usaron y que han aparecido en yacimientos. En cambio, si que sabemos del uso, y en siglos atrás, de las hiposandalias, que como decimos, no son ni mas ni menos que primigenios modelos de lo que hoy conocemos como botas para caballos.
Lo que ocurrió, es que por entonces, se carecía de la tecnología como para producir botas duraderas, y sobre todo, que fueran cómodas para el caballo, no produjeran rozaduras, y no se salieran al poco de poner el caballo en movimiento. Pero que ya se produjeron botas para caballos hace siglos, es indudable. Cosa totalmente lógica por cierto, ya que si nos fijamos en las ilustraciones con las que acompaño este artículo que nos muestran las hiposandalias, no se tratan más que de sencillas y rudas adaptaciones de lo que debió ser el calzado primigenio del ser humano. Pero para la tecnología de siglos atrás, la herradura resultó ser una opción más factible a la hora de colocar un elemento de protección para el casco y que no supusiera muchos quebraderos de cabeza.
Es un
asunto puramente de fijación al casco. Me imagino que durante no poco tiempo se
harían infinidad de probaturas, hasta que se dieron cuenta, que los clavos, era
lo único que podía asegurar un cierto nivel de seguridad en la fijación de un
elemento que protegiera el casco de un excesivo desgaste al mover los caballos
por firmes duros y abrasivos. Claro que entonces no existían los plásticos, los velcros, las
correas de nylon, el neopreno, cierres de precisión con clips, etc.
Modelos de hiposandalias o botas para caballos de la Antigüedad
-
Cómo
muchos sabrán, la necesidad de proteger los cascos de los caballos surge en
cuanto el caballo empieza a moverse por calzadas empedradas y firmes para los
que el casco del caballo no está preparado. En sus primeros siglos de
domesticación, al no existir caminos empedrados el caballo podía desplazarse
por caminos de tierra y campo a través sin mayores dificultades. Es en cambio,
en particular con la expansión de la civilización romana, la cual crea una
redes de caminos impresionantes que cruzan media Europa, parte del norte de
África y Oriente Medio, todos de piedra, y en la que los caballos, tanto de
monta como de tiro, se moverán continuamente y para los que necesitarán una
protección en sus cascos puesto que hacer kilómetros y kilómetros sobre piedra
con una persona montada o tirando de un carro, es un sobre-esfuerzo para el que
la evolución natural del casco del caballo, no estaba – ni está – preparado.
Además,
el caballo debía hacer frente no solo a esta situación, sino a subidas y
bajadas por firmes que en la naturaleza no se encontraba, y los resbalones y la
adherencia, fueron otra causa de preocupación para el que entonces era el
principal medio de transporte.
Lejos
queda de este artículo hablar de las soluciones que ya por entonces en China,civilización pionera en todo lo ecuestre, empleaban, o de prototipos de “suelas” para caballos de distintas civilizaciones y que indudablemente las hay. Pero el
motivo de este artículo es mostrar que la inquietud por las botas equinas es
bien antigua, y que
además, es la que nos pilla más cerca, pues hablamos precisamente de la Europa
de Roma, y cuyas calzadas, cruzaban nuestra Hispania, y de las que aun quedan
considerables restos por cierto. Roma y Grecia, por lo tanto, usaron para sus caballos, botas, y de muy diferentes tipos. Para saber más sobre la Hiposandalia o Hiposolea, me permito citar la explicación que da
el portal de Arqueología Antiquitatem:
"hiposolea es un término técnico utilizado en
arqueología o Historia Antigua para denominar a las “sandalias”, suelas o
protecciones que los antiguos griegos y romanos colocaban a los équidos,
caballos o mulas, en sus pezuñas o patas.
El
término está formado a partir de la palabra griega ἱππὁς, que significa
“caballo” y la latina “”solea”, que significa “sandalia”.
“solea” a su vez deriva de “solum”, suelo, y en
general parte inferior de algo. De este término deriva el español “suela”,
parte del calzado que está en contacto con el “suelo”.
Diversos
textos y algunas pruebas arqueológicas y artísticas revelan la existencia de
unas protecciones para las pezuñas o pies de los équidos. Las había de metal,
generalmente hierro, y también de esparto, cuero, mimbre o junco. Quedaban sujetas con unas cintas o
cuerdas a las patas, por lo que su colocación o supresión debía resultar fácil,
como se deduce de un texto de Suetonio, Vida de Vespasiano, 23,2 en que cuenta cómo un mulero se detiene en pleno viaje a calzar
las mulas de la yunta imperial.
Cito
dos textos que nos hablan de estas “hiposoleas”
y de la extravagancia del emperador Nerón y de sus esposa Popea. Dice
Plinio, Naturalis Historia, XXXIII,49, 140
… en
nuestra propia época Popea, la esposa del emperador Nerón, ordenó también que sus mulas
favoritas fueran calzadas con unas sandalias de oro
…
nostraque aetate Poppaea coniunx Neronis principis soleas delicatioribus
iumentis suis ex auro quoque induere iussit.
Y
Suetonio, Nerón, 30, 3:
Se dice
que nunca viajó con menos de mil carruajes, con las mulas con sandalias de
plata y muleros vestidos con lana de Canosa y con una multitud de mazacos
(pueblo de jinetes de Mauritania) y acompañantes adornados con brazaletes y
collares.
Numquam
minus mille carrucis fecisse iter traditur, soleis mularum argentéis,
canusinatis mulionibus, armillata phalerataque Mazacum turba atque cursorum."
Si alguien quiere profundizar en el tema, puede leer el libro El caballo en la Antigua Iberia, disponible parcialmente en Google Books y que dejo insertado:
Si alguien quiere profundizar en el tema, puede leer el libro El caballo en la Antigua Iberia, disponible parcialmente en Google Books y que dejo insertado:
- Para finalizar, esperando que este texto ayude a entender que las botas para caballos pueden ser también "de toda la vida", y cómo es un tema recurrente que me preguntan constantemente, os diré lo que siempre digo sobre la ya para mí obsoleta comparación barefoot y botas vs herraduras:
No estoy en contra de las herraduras, simplemente tengo claro que para lo que yo hago, el caballo funciona mejor descalzo y con botas cuando las requiera.
Además, gracias a la tecnología y los materiales
del siglo XXI, hoy disponemos de modelos de botas muy evolucionados que nos
permiten trabajar por toda clase de superficies con total comodidad para el caballo. Estamos en el 2017 y hemos de estar abiertos a todo aquello que suponga una mejora en la calidad de vida de nuestros caballos, y hoy por suerte, disponemos de muchas opciones para proporcionar protección frente al desgaste de los cascos sin que ello suponga tener que herrar.
En la foto, mis Equine Fusion All Terrain. Con este par de botas (en los pies la yegua no lleva nada), puedo
salir a entrenar por toda clase de terrenos sin que por ello los cascos sufran
un desgaste excesivo. Galope, trote, salto, caminos duros y blandos, cuestas...Mi trabajo consiste en poner en óptima forma caballos, y hago lo mismo con mis caballos descalzos que cualquier caballo herrado, pero con muchas más ventajas.
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